Este sencillo y fundamental efecto para nosotras las mujeres, incita a los hombres a reaccionar cual silbato que marca el inicio del Chivas – América, transformado en el refinado, pero evidente sonido de un par de tacones caminando por el pasillo del trabajo, la calle e incluso por la casa.
Tal es el efecto que causan los tacones, que son considerados uno de los fetiches más populares. Esto se debe a la capacidad transformadora que poseen al hacer ver las piernas más estilizadas y que por ello se llegue a relacionar a los pies con la sexualidad debido a influencias de modas culturales y hasta impuestas.
¿De dónde proviene nuestro gusto por los tacones?
Todo comenzó en el año 1533, cuando por disimular su corta estatura, el llamado Rey Sol, Luis XVI, comenzó a utilizar tacones (¡imaginen por favor la escena!). Tal fue su adicción a los zapatos de tacón que declaró pena de muerte a todo aquél que luciera sólo un par. Así, el destino lo llevó a encontrarse con Nicolas Lasgare, quien fuera el diseñador de un sin fin de modelos y decorativos para los zapatos de aquel entonces.
Los colores más utilizados eran el rojo sangre y escarlata, que representaban a la nobleza. Con esto se dio un giro a la moda del calzado con tacón en mujeres y en hombres, quienes –dicho sea de paso- empezaron a utilizar tacones de forma cotidianamente… ¡salvaje!
Pero… ¿recuerdas el primer par de tacones que tuviste? ¿Cómo te sentiste al saber que ya no eras más una niña por el hecho de usar tacones?
Este invento no sólo posee el toque mágico de transformar nuestra silueta. Usando el tacón más bajo -el de 3 triviales centímetros- adquieres una estatura que originalmente no tienes. Y en sí, no es que quieras ganar altura, simplemente la derrochas con tu sonrisa: está demostrado que el tacón provoca un poderoso y sutil efecto psicológico.
Más allá de saber que el uso de los tacones podría ser un recurso o un arma imprescindible de atracción para robar miradas de los hombres, los tacones brindan un efecto de seguridad, además de porte y distinción, por , este accesorio nos hace sentir más atractivas y sexies.
Los tacones nos hacen sentir más femeninas, elevan nuestra estatura, nuestras piernas lucen más torneadas, es un accesorio que puedes utilizar con cualquiera que sea tu look, nos ayuda a adoptar una mejor postura e incluso mejoran nuestra sexualidad, ya que beneficia los músculos del pelvis fortaleciendo el área íntima y por si fuera poco, también ayudan a reafirmar los glúteos.
Pero no todo es punta sobre mármol. Yo también les llamo centímetros de tortura que atraen a los hombres. Los tacones a la larga pueden causar problemas físicos como dolor de espalda, en las rodillas, várices o simplemente un mal paso y con ello una buena y merecida fractura.
¿Qué tal aquellas ocasiones en las que no aguantas más los pies por los tacones? No te los quitas y prefieres llegar a casa con tremendo dolor de pies, pero luciendo lo que por fuera se traduce como el más puro y burdo concepto de belleza occidental.
Aún así pienso que los tacones son parte fundamental de estética, creo que se puede ser sexy con jeans, incluso sin traer escote, pero sin tacones, no. Yo seguiré usando mis preferidos -los de tacón de aguja- hasta que mis piernas no puedan más. Así que cualquier ocasión es buena para lucir un buen par de tacones.