17 enero, 2011

¡Amamos poco y Odiamos mucho!

En esta ocasión me gustaría que hiciéramos a un lado todo tipo de preferencia religiosa, espiritual o agnóstica, y que nos veamos tal y como somos – seres mágicas- sin ningún otro afán más que el de pensar qué es lo que hacemos con nuestra vida quiero convidarles este texto de un gran maestro y excelente persona Marco Antonio Karam:

La paradoja de nuestro tiempo en la historia es que tenemos edificios más altos pero templos más pequeños. Autopistas más anchas, peropuntos de vista más estrechos. Gastamos más y tenemos cada vez menos. Compramos más, pero lo disfrutamos cada vez menos. Tenemos casas más grandes, pero familias más pequeñas. Cosas más pequeñas y convenientes, pero menos tiempo. Más educación y menos sentido común. Más conocimiento, pero menos juicio. Más expertos y más problemas. Más medicinas y menos bienestar. Tomamos mucho, fumamos en demasía. Gastamos sin medida. Reímos muy poco. Manejamos muy rápido. Nos enfurecemos con demasiada facilidad. Nos acostamos muy tarde y nos levantamos muy cansados. Casi no leemos. Vemos demasiada TV y casi nunca meditamos. Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero reducidos nuestros valores. Hablamos demasiado. Amamos muy poco. Odiamos con facilidad y mentimos casi todo el tiempo. Hemos aprendido a ganarnos la vida pero no a disfrutarla. Le hemos sumado años a la vida, pero no vida a los años. Hemos ido y vuelto a la luna, pero no podemos cruzar la calle para conocer a un vecino. Hemos conquistado el espacio exterior, pero no el interior. Hacemos cosas más grandes, pero no mejores. Hemos limpiado el aire, pero no el espíritu. Hemos dividido el átomo, pero no los prejuicios. Escribimos mucho, pero aprendemos poco. Planificamos más, pero logramos menos. Hemos aprendido a hacer las cosas más rápido, pero no a tener más paciencia. Tenemos ganancias más altas, pero la moral más baja. Más alimento y menos paz. Construimos más computadoras para guardar más información y hacer más copias, no obstante nos comunicamos menos que nunca. Cada vez tenemos más cantidad y menos calidad. Esta es la época de la aparente paz mundial y la guerra domestica. Más tiempo libre y menos diversión. Más tipos de comida y menos nutritiva. Ingresos conjuntos, pero más divorcios. Casas más grandes pero más hogares desunidos. Es la época de viajes rápidos, pañales desechables, moralidad en decadencia, pasiones funcionales, cuerpos con sobre peso y pastillas multifuncionales que van desde alegrarte hasta calmarte e incluso matarte. Esta es sin duda, la época en que tenemos todo en exhibición y nada en inventario.

Imaginen que cada una de nosotras anexará algo a este texto, por ejemplo mi contribución sería que: Amamos por períodos cortos y odiamos todo una vida. Podemos darnos cuenta qué tan lejos estamos de ser verdaderamente seres humanos y no enemigos.

Albert Einstein decía que del 100% de la inteligencia que tenemos, sólo hacemos uso de un 10%. Sin embargo, lo más triste es que también de ese 100% de nuestra capacidad de amar y de ser seres bondadosos, tristemente conocemos y ofrecemos sólo un 10%.